lunes, 13 de mayo de 2013

HISTORIAS Y TESTIMONIOSDE JOVENES CON FE VIVA EN DIOS

HISTORIAS Y TESTIMONIOS DE FE 
DE JOVENES 




QUE HISTORIA TAN IMPACTANTE! EL DEMONIO PUEDE DIFERENCIAR UNA HOSTIA CONSAGRADA DE UNA QUE NO ESTA CONSAGRADA! ....¿Y NOSOTROS?....

“Emiliano Tardiff era un hombre de Dios que hacía maravillas. Una vez le estaba dando un retiro a sacerdotes en Suiza, cuando se aparecieron allá, no sé de qué otro país vecino, con una joven que se presumía estaba poseída por el demonio. Entonces, él se separó de los demás sacerdotes y se puso a hacerle una oración a la joven". 

"Luego hicieron un experimento. Como era un retiro con sacerdotes, tenían el Santísimo expuesto para la ocasión. Seguido mandaron a buscar la custodia donde se coloca el Santísimo. Cuando le acercaban el Santísimo (a la joven) se retorcía y hacía de todo. Estaba poseída por el demonio. Luego retiraban la custodia y se tranquilizaba", señala el obispo. 

Pero la historia sigue con una enseñanza sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía... y la percepción del endemoniado. 

"No sé si fue idea del padre Tardif o de otro, pero sacaron la hostia consagrada y buscaron otra hostia igual, pero sin consagrar, y se la acercaron a la joven. Igual que con la custodia, esta se quedaba tranquilita. El padre Emiliano decía: nosotros no notamos la presencia de Cristo, pero el demonio sí sabe hacer la diferencia. Cuando le acercaban la hostia consagrada, la muchacha se ponía como una fiera, pero cuando le ponían la otra, sin consagrar, permanecía tranquilita”, concluye el obispo de Baní.


Católico y experto en Bioética




El segundo en la línea sucesoria en Luxemburgo acabó estudiando en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum. Ahora es un experto en Bioética.











Rico, joven y con poder, el Príncipe Félix no era feliz… ahora habla de la fe en sus conferencias
RELIGION EN LIBERTAD
Mon, 06 May 2013 16:03:00

En un momento en el que la juventud es víctima principal de la secularización y 
se va extendiendo a todos los estratos sociales, ver a un Príncipe hablando sin complejos de la fe
 y del debate entre ésta y la razón muestra que aún hay mucho joven que se pregunta
, que se interroga sobre la vida, sobre el por qué y para qué y va en búsqueda de estas respuestas.

Actualmente hay en Europa cinco casas reales católicas. España, Bélgica, Luxemburgo y Liechtenstein y Mónaco.
 Sin embargo, en la práctica, 
actualmente sólo el gran duque de Luxemburgo ha arriesgado su trono y su posición por una cuestión de conciencia.

Es ampliamente conocida la oposición pública y frontal de la Casa Real de Luxemburgo al aborto y a la eutanasia.
 De hecho, en 2008 el gran duque Henry anunció que como jefe de Estado se negaría a firmar la ley aprobada en las
 Cortes y que aprobaba la eutanasia.
 La consecuencia de su valiente decisión fue que el Gobierno le limitó
 desde entonces sus poderes para que no volviera a estorbar en una situación similar. 
Lo cierto es que su firma no llegó a estar nunca en esta ley pues actuó como su tío, 
Balduino de Bélgica, y se declaró incapaz temporalmente de ejercer sus funciones.

Buscando respuesta a sus preguntas
A tenor de esta actuación concreta no es de extrañar que sus cinco hijos se planteen la importancia de los valores y 
de la fe en su vida. 
 Particularmente preocupado de esto se ha podido ver al Príncipe Félix, segundo hijo del gran duque, de 28 años.

Guapo, con fama y con un trabajo muy bien remunerado en una multinacional no dejaba de hacerse preguntas.
 No era por ahí por donde quería enfocar su vida.
 Atraído por la belleza de la filosofía dejó su trabajo
 y decidió estudiar Bioética en Roma
 y en el seno de la Iglesia Católica, 
 concretamente en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum.
 Desde entonces, está fascinado con esta 
nueva faceta de su vida.

El príncipe Félix acudió el pasado mes de marzo 
a la Universidad Católica de Valencia
 para disertar sobre 
la ‘Necesidad del estudio de la Bioética, 
ante los retos actuales’, 
una conferencia que se enmarcaba 
en las Jornadas ‘Evangelio y Ecología’
. Antes del acto fue recibido en audiencia
 por el arzobispo de Valencia, 
monseñor Carlos Osoro,
 con el que mantuvo una distendida conversación.

“La fe ayuda a la ciencia a comprender”

Durante la charla habló como experto
 en la materia pero también desde su experiencia personal, 
lo que permite entender su evolución.
 Habló de la relación entre Biología, Fe y Bioética.
 El segundo en la línea sucesoria 
al trono aseguró que si bien no es indispensable
 tener fe para estudiar Bioética
 “sí que amplía lo tratado por esta ciencia. 
 Hemos de ser conscientes de que hay cosas 
que la ciencia jamás podrá explicar
 y que la fe puede ayudar a comprender 
aspectos que la ciencia trata de entender”.

Siguiendo con esto, el príncipe centroeuropeo indicó
 que “lo más importante que me ha aportado el estudio de la
 Bioética es que su centro es el ser humano.
 Primero estudia el detalle científico, 
después viene la Filosofía, 
que interpreta el hecho biológico.
 Si uno sólo estudia Biología no ve en la persona
 a un ser humano sino su parte material, y
 el hombre no es sólo materia, posee espiritualidad”.

Por ello, añadió que “la Biología y la Filosofía
 están conectadas y no pueden separarse; 
si lo haces, tienes un problema. 
Incluso si estudias sólo lo inmaterial filosóficamente 
no llegas a nada”.

“Con la filosofía aprendí a razonar”




Tras hablar sobre esta relación, el príncipe Félix
 también
 se abrió y
 desde su ámbito personal explicó el camino 
que le llevó a encontrar esta senda
. “Antes no le daba importancia a la Filosofía. 
De hecho, si alguien me hubiese dicho hace
 unos años que iba a estudiarla
 me hubiera echado a reír.
 No entendía el concepto al que
 se refería el término filosofía pero 
desde que empecé a estudiarla,
 se me abrieron los ojos y mi horizonte.
 Aprendí a razonar,
 a pensar de otra manera completamente distinta y a debatir”.

Y con ello cambió su estilo de vida también.
 “Hace cuatro años me encontraba trabajando
 para una empresa de gestión de eventos, 
un trabajo estupendo, pero todavía 
no sabía que hacer con mi vida,
 no era lo suficientemente maduro”, contaba.

En el relato de su vida, el joven príncipe afirmaba

 “mis prioridades, al principio se dirigían a ganar un sueldo
 para ser independiente
 y ese pensamiento se llevó por delante lo 
que yo realmente deseaba hacer para ser feliz.
 Me di cuenta de ello cuatro años después de 
empezar a trabajar y 
comencé a hacerme preguntas 
con mayor profundidad.
 La madurez necesaria para tomar
 la decisión de estudiar Bioética llegó bastante tarde, 
cuando tenía 25 años.
 En ese momento me di cuenta de que, 
en realidad, quería algo más en mi vida que trabajar
 en la gestión de eventos”.

Su cariño al Papa y su boda



Esta es la historia de un joven que pese a sus títulos 
y ascendencia no deja de pensar 
y plantearse cosas que ni el dinero
 ni el poder pueden dar.

 Igualmente, pese a su situación es una persona
 que se ha mantenido sencilla. 
El próximo mes de septiembre se casará con 
una joven alemana,
 su pareja desde el instituto y 
que también quiso estudiar Bioética.

La catolicidad de la familia real luxemburguesa
 es conocida
 pero Félix ha destacado en los últimos meses
 por querer acompañar a sus padres al Vaticano.


 La renuncia de Benedicto XVI
 y la elección de Francisco han llevado a
 Roma a multitud de jefes de Gobierno y de Estado
. Junto a sus padres y su hermano mayor,
 el príncipe quis
o despedir a Benedicto aunque la sorpresa
 fue mayor cuando también quiso estar presente
 en el inicio de Pontificado del Papa Francisco.
 Pues en Roma, Félix encontró su camino.












































































































































































































































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