DON BOSCO
PATRONO UNIVERSAL DE LA JUVENTUD
PENSAMIENTOS DE DON BOSCO
La ayuda de Dios no falta cuando se trabaja de veras y con fe.
El demonio tiene miedo a la gente alegre.
Haz que todos los que hablan contigo se hagan amigos tuyos.
Trata de hacerte querer más que temer.
Preocúpense especialmente de los enfermos , de los niños , de los ancianos y de los pobres , y ganarán la bendición de Dios y la benevolencia de los hombres.
El amor da fuerzas para soportar las fatigas , los disgustos , las ingratitudes , la falta de disciplina , las ligerezas , las negligencias de los jóvenes.
Recuerda que todo cristiano tiene la obligación de ayudar a los demás , y que no hay predicación más eficaz que la del buen ejemplo.
La caridad todo lo soporta , de donde se deduce que no tendrá jamás verdadera caridad el que no quiere soportar los defectos ajenos.
La Comunión devota y frecuente es el medio más eficaz para tener buena muerte y así salvar el alma.
El alimento del alma es la Palabra de Dios.
Para hacer el bien hay que tener un poco de valor.
Bueno es el cuerpo cuando esté aseado , pero mejor es tener la conciencia limpia de toda culpa.
¿Quieres llevar contigo el dinero a la eternidad ? Da limosna a los pobres.
Si el dinero hace mucho, la oración lo obtiene todo.
Hay que sudar muchísimo para conservar la dulzura y, tal vez, sea necesario derramar la propia sangre para no perderla.
La vida es demasiado corta. Hay que hacer deprisa lo poco que se pueda , antes de que nos sorprenda la muerte.
La primera virtud de un hombre es la obediencia a su padre y a su madre.
El humilde siempre será bien visto por todos : por Dios y por los hombres.
En la enseñanza , textos breves , fáciles y precisos.
Me basta que sean jóvenes para amarlos con ardor.
Sé agradecido con quien te ayude.
Pongámonos todos bajo el manto de la Virgen . Ella nos librará de los peligros y nos guiará.
El que confía en la Virgen nunca se verá defraudado.
Se atrapan más moscas con una cucharadita de miel que con todo un barril de vinagre.
A la hora de la muerte se ven las cosas desde otro punto de vista.
Los tres enemigos del hombre son: la muerte (que lo sorprende) , el tiempo (que se escapa), y el demonio (que le tiende sus lazos).
Hace mucho el que hace poco, pero hace lo que debe. No hace nada el que hace mucho, pero no hace lo que debe hacer.
No te comprometas asumiendo demasiados trabajos. Quien mucho abarca poco aprieta y lo estropea todo.
La verdadera religión no consiste sólo en palabras; es menester pasar a las obras.
Un Oratorio sin música es un cuerpo sin alma.
Los ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido.
Quien no vive en paz con Dios, no puede tener paz consigo mismo ni con los demás.
¡Qué consolador resulta el Padrenuestro que resulta por la mañana y a la noche, qué gusto da pensar que tenemos en el cielo un Padre que piensa en nosotros!.
Un trocito de paraíso lo arregla todo.
Del prójimo hay que hablar bien o callar.
Es preciso tener como compañera inseparable a la paciencia.
Piensa en Dios según la fe, del prójimo según la caridad, y de ti según la humildad.
Perdona todo a todos, a ti no te perdones nada.
El Señor siempre envía grandes socorros para las grandes necesidades .
Déjate guiar siempre por la razón y no por la pasión.
Hagamos el bien que podamos y no aguardemos la recompensa del mundo , sino solamente de Dios.
Respeto a todos pero no temo a nadie.
Las espinas de la vida serán las flores de la eternidad.
Cuando se trata se servir a Dios, hay que estar dispuesto a sacrificarlo todo.
Todo salesiano hágase amigo de todos, no busque nunca la venganza , sea fácil en perdonar.
Sólo en el silencio concede el Señor sus gracias.
Caridad , paciencia , dulzura , nunca reproches humillantes , nunca castigos . Hacer el bien a todos los que se pueda , y a ninguno el mal.
El trabajo es un arma poderosa contra los enemigos del alma.
Trabaja por el Señor, el paraíso lo recompensa todo.
¡Ay de quien trabaja esperando el pago del mundo!, el mundo es mal pagador y paga siempre con la ingratitud. Trabaja por amor a Jesucristo.
Hay que trabajar como si no se debiese morir nunca y vivir como si se debiese morir cada día.
Cuando un hijo abandona a sus padres para seguir la vocación, Jesucristo ocupa su lugar en la familia.
SAN JUAN BOSCO DEVOTO PROPAGADOR DE SANTA MARIA AUXILIADORA
SECRETOS PARA OBTENER TRIUNFOS: REVELADOS POR LA VIRGEN EN EL SUEÑO DEL ROSAL
Cuenta Don Bosco: “Un día del año 1847 se me apareció la Reina del Cielo y me condujo a un jardín encantador; era un inmenso rosal. Para no dañar las rosas me quité los zapatos, y empecé a andar. Pero las rosas tenían terribles espinas que me destrozaban los pies. Viendo que no podría continuar así, Nuestra Señora me aconsejó que me volviera a poner el calzado. Así lo hice. Muchas personas me seguían, pero apenas empezaban a sentir las fuertes punzadas de las rosas, se devolvían. Había rosas a la derecha, a la izquierda, en el suelo, y sobre la cabeza de los que caminábamos. Pero todas con espinas muy agudas y algunas nos daban punzadas tan terribles que producían espasmos.
La gente desde la orilla del rosal decía: “Mire qué sabroso viaja Don Bosco: caminando sobre rosas y todo es fácil para él”, pero no sabían qué tan dolorosos pinchazos estaba yo sintiendo en los pies, en la cabeza, en los brazos y en las espaldas.
Muchos religiosos que me habían seguido, al sentir tantos dolores exclamaban: “Nos engañaron, esto es muy duro”. Y yo les contestaba: “el que sólo desea gozar, sin sufrir, que se devuelva. Pero los que desean triunfos a costa del propio sufrimiento, que me sigan”. Muchos abandonaron la vía y se devolvieron.
Algunos me seguían todavía. De vez en cuando alguien se desanimaba y se devolvía, pero unos cuantos valientes seguían por el camino de rosas aguantando las dolorosas heridas.
Al final nos encontramos en un precioso jardín. Todos íbamos heridos, sudorosos y sangrantes. Pero luego sopló un suave viento y quedamos curados.
Vi que los que me acompañaban pertenecían a muchas naciones y muchas razas.
Luego llegamos a un edificio de una hermosura inenarrable. Allí nos esperaba la Virgen María, la cual nos dio esta explicación:
El rosal es el camino que debe seguir quien se dedica a educar la juventud. Las espinas son los muchos sufrimientos que hay que soportar para poder educar bien: Las rosas significan que para ser buen educador hay que tener mucha caridad. El ponerse el calzado para atravesar el rosal significa que hay que usar el “calzado de la mortificación”.
Mortificar las simpatías y las antipatías. Porque quien se deja llevar de las simpatías o antipatías paraliza su apostolado y no logra conseguir los debidos frutos para la vida eterna”.
“Hay que recordar a todos que después de un poco de tiempo de sufrimientos educando a la juventud, se llegará a la Casa del Padre en el Cielo, donde cada uno recibirá su premio, según hayan sido sus obras”.
“Con mucha caridad y mucha mortificación se llegará al cielo, en donde ya no habrá sino rosas, sin espinas”.
“Apenas la Santísima Virgen terminó de hablar, me desperté”. MB 3,32.
ESTE SUEÑO LO TUVO DON BOSCO EN UNA ÉPOCA MUY DURA PARA ÉL:
Ya llevaba seis años tratando de conseguir colaboradores para educar a sus jóvenes, pero todos se le iban: sacerdotes, seminaristas, profesores: todos se cansaban: la vida del Oratorio de Don Bosco era muy dura: la comida mala.
El trabajo mucho. La pobreza grande, y los jovencitos, por ser de las clases más abandonadas, eran toscos y groseros (sobretodo al principio). Pero desde que la Virgen le hizo las revelaciones de este Sueño, ya Don Bosco aprendió el
REMEDIO PARA OBTENER TRIUNFOS: recordar sin cesar a sus colaboradores el gran premio que les esperaba en el cielo. “Un pedacito de cielo lo arregla todo” le había dicho San Benito Cotolengo.
Y a base de hacer presente el futuro maravilloso que les esperaba en la eternidad, se fue consiguiendo colaboradores fijos, que a pesar de tantas espinas de la vida, perseveraron en su compañía y llegaron a formar la poderosa Comunidad Salesiana, que tantos jóvenes educa en el mundo.
Las espinas no han dejado de atormentar, pero la esperanza en el Reino Eterno del Cielo tampoco ha perdido su fuerza maravillosa de animación.
LOS DOS PILARES DE NUESTRA FE
Sueños y enseñanzas de San Juan Bosco
LOS DOS PILARES DE NUESTRA FE
Este es su sueño mas famoso
Sus tres grandes amores son Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice, quienes fueron protagonistas en uno de sus mas famosos sueños proféticos:
Don Bosco vio que una gran barca (la Iglesia) navegaba en un mar tempestuoso piloteada por el Romano Pontífice, y a su alrededor muchísimas navecillas pequeñas (los cristianos). De pronto aparecieron un sinnúmero de naves enemigas armadas de cañones (el ateísmo, la corrupción, la incredulidad, el secularismo, etc., etc.) y empezó una tremenda batalla.
A los cañones enemigos se unen las olas violentas y el viento tempestuoso. Las naves enemigas cercan y rodean completamente a la Nave Grande de la Iglesia y a todas las navecillas pequeñas de los cristianos. Y cuando ya el ataque es tan pavoroso que todo parece perdido, emergen desde el fondo del mar dos inmensas y poderosas columnas (o pilares). Sobre la primera columna está la Sagrada Eucaristía, y sobre la otra la imagen de la Virgen Santísima.
La nave del Papa y las navecillas de los cristianos se acercan a los dos pilares y asegurándose de ellos ya no tienen peligro de hundirse. Luego, desde las dos columnas sale un viento fortísimo que aleja o hunde a las naves enemigas, y en cambio a las naves amigas les arregla todos sus daños.
Todo el ejército enemigo se retira derrotado, y los cristianos con el Santo Padre a la cabeza entonan un Himno de Acción de Gracias a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e incluye a varios papas...
«La Iglesia deberá pasar tiempos críticos y sufrir graves daños, pero al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento».
Estimamos que la visión de los pilares es muy actual. Corresponde a la visión del S.S. Juan Pablo II para la Iglesia. Nosotros debemos estar en sintonía espiritual con el Papa y cooperar con el de todo corazón para que la barca, la Iglesia, avance hacia los pilares.
Juan Bosco, Santo
Presbítero y Fundador
de la Sociedad Salesiana y
del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora
Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).
Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.
Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.
Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.
Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.
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